
El mundo microbiano de la arena
Harry D. Kurtz, Jr

¡Vamos a la playa!
Un viaje a la playa ofrece innumerables actividades recreativas, desde nadar y hacer surf hasta pescar y construir castillos de arena. Para los niños también es una oportunidad de conectar con la naturaleza. Las playas son ecosistemas de borde -lugares donde se unen la tierra y el mar- y sus arenas esconden una notable diversidad de microorganismos. Estos microbios viven en hábitats conformados por la cantidad y el tipo de agua que se filtra a través de la arena, y desempeñan funciones esenciales: eliminan el exceso de carbono y nitrógeno disueltos en el agua de mar y forman la base de la cadena alimentaria de pequeños animales como mariscos y crustáceos. Los animales de mayor tamaño se alimentan de ellos, apoyando actividades como la pesca y la observación de aves. A pesar de parecer estables, las playas son sistemas dinámicos, continuamente remodelados por las tormentas y la subida del nivel del mar, que obligan a sus comunidades microbianas y animales a adaptarse y reequilibrarse.
